martes, 5 de diciembre de 2006

Bienvenido (a)

El cuerpo humano es la arquitectura en donde desembocan todos los caminos.


Ven y descubre como está conformado tu cuerpo.


Aparato Respiratorio


¿CÓMO SON TUS PULMONES Y DÓNDE ESTÁN?

Tus pulmones se parecen a dos esponjas grandes de color rosa. Los pulmones están en el tórax, dentro de la cavidad torácica. La cavidad torácica está rodeada por los huesos de las costillas. Las costillas forman una especie de jaula, que recibe el nombre de caja torácica, en cuyo interior, además de los pulmones, está el corazón. Como veremos después, tus pulmones y tu corazón trabajan juntos para ayudarte a respirar.

Uno de tus pulmones se encuentra situado en el lado izquierdo de la cavidad torácica y el otro en el derecho. Tu corazón está colocado aproximadamente entre ambos. Entre las costillas hay unos músculos fuertes, los músculos intercostales. En el suelo de la caja torácica existe un músculo muy potente, el diafragma.
Cada vez que tomas aire del exterior, tus pulmones se llenan y se inflan como balones. Cuando introduces aire en tus pulmones inspiras. Cuando expulsas aire para vaciar tus pulmones espiras.
Cuando tu pecho se hincha, es decir, cuando inspiras, tus pulmones se inflan y el diafragma se desplaza un poquito hacia abajo. De esta manera los pulmones pueden alargarse. Al mismo tiempo, tus músculos intercostales también se estiran y agrandan tu caja torácica. Tus pulmones tienen espacio para hincharse.
Cuando expulsas el aire hacia fuera ocurre lo contrario. Tus pulmones se vacían, y tu diafragma y los músculos intercostales se relajan y vuelven a la posición que tenían al principio.
Sorprendentemente, el tipo de aire que inspiras es diferente del tipo de aire que espiras. Esto se debe a que al respirar se producen cambios muy complicados dentro de tu cuerpo.

Corazón


El corazón es un órgano muscular del tamaño aproximado de un puño. Está formado por cuatro cavidades, dos aurículas y dos ventrículos. La aurícula derecha recibe la sangre que procede de todo el organismo. El ventrículo derecho envía la sangre hacia los pulmones. La aurícula izquierda recibe la sangre que llega de los pulmones. El ventrículo izquierdo envía esta sangre al resto del organismo.
EL APARATO REPRODUCTOR FEMENINO

El aparato reproductor de la mujer está formado por los órganos genitales externos y los órganos genitales internos.



Los órganos genitales internos están dentro del cuerpo y son: los ovarios, las trompas de Falopio, el útero y la vagina.



Los ovarios. En el cuerpo de la mujer hay dos ovarios. Tienen forma de almendra y son de color gris blanquecino. En los ovarios “viven” las células sexuales femeninas u óvulos, que están allí desde el nacimiento, como “dormidos” hasta que llega la pubertad. A partir de ese momento, cada mes madura un óvulo y sale del ovario.



Las trompas de Falopio. Son dos trompas, como dos tubos huecos, y ¡su forma recuerda a la de una trompeta! El extremo más ancho rodea uno de los ovarios, y el otro se une al útero, de forma que las trompas comunican los ovarios con el útero. Su función es recoger el óvulo cuando éste sale del ovario y llevarlo hacia el útero.



¡El útero fue tu primera casa! Antes de nacer, todos hemos pasado alrededor de nueve meses en su interior. ¡Allí nos hemos formado y hemos crecido preparándonos para nacer! El útero es un órgano hueco que es capaz de aumentar de tamaño según va creciendo el bebé que se está formando en su interior. Imagina una pera plana colocada al revés. En el útero se diferencian dos zonas: arriba, el cuerpo, y abajo, el cuello. La mayor parte de sus paredes están formadas por músculo.



La vagina es un conducto hueco y aplanado que comunica el útero con el exterior del cuerpo, con los genitales externos.


Los genitales externos o vulva. Es la parte exterior del aparato reproductor de la mujer, donde se encuentran el orificio de entrada de la vagina, el orificio de salida de la orina y el clítoris. Estos orificios están rodeados por unos pliegues de piel que parecen labios, los labios menores. A su vez, esta zona está cubierta por otros pliegues de piel más grandes, los labios mayores.

Aparato Reproductor Masculino


EL APARATO REPRODUCTOR MASCULINO

En el aparato reproductor masculino se diferencian varias partes que están comunicadas entre sí: los testículos, el epidídimo, los conductos deferentes, las vesículas seminales, la próstata, la uretra y el pene.


Los testículos tienen forma redondeada y están situados en la parte externa del abdomen. En su interior hay cientos de tubos muy pequeños o túbulos. A partir de la pubertad, dentro de estos túbulos, se forman las células sexuales masculinas o espermatozoides. Los testículos cuelgan por debajo del pene, dentro de una bolsa de piel que se llama escroto.

El epidídimo es un tubo que está enrollado encima de cada uno de los testículos, donde se almacenan los espermatozoides que proceden de los testículos.

Los conductos deferentes son dos tubos que unen el epidídimo con la uretra. A través de estos conductos los espermatozoides llegan desde el epidídimo hasta al pene.

Las vesículas seminales se comunican con los conductos deferentes. Tienen forma de saco y están encima de la próstata. Producen un líquido que protege y nutre a los espermatozoides.
La próstata es una glándula que también produce un fluido para proteger a los espermatozoides. Su forma se compara con la de una castaña. La próstata está situada debajo de la vejiga de la orina.

La uretra es un pequeño tubo. Sale de la vejiga, atraviesa la próstata y recorre todo el pene. Por la uretra salen los espermatozoides y los líquidos producidos por la próstata y las vesículas seminales. La uretra también forma parte del aparato excretor y, por esta razón, por ella se expulsa también la orina.

El pene es un órgano alargado que está encima de los testículos. Por su interior atraviesa la uretra. Está formado por unas estructuras parecidas a esponjas, que son capaces de llenarse de sangre. Cuando esto ocurre, el pene aumenta de tamaño y se pone rígido; es lo que se llama erección. El extremo del pene es más ancho y se conoce como glande; esta parte está recubierta por el prepucio, que es como un capuchón de piel.

Aparato Digestivo

¿QUÉ ES EL APARATO DIGESTIVO?

El aparato digestivo es el conjunto de órganos en los que se produce la digestión. La digestión es un proceso mediante el cual los alimentos se dividen en sustancias más pequeñas, llamadas nutrientes. La función de los órganos del aparato digestivo es descomponer los alimentos en nutrientes, absorber estos nutrientes y eliminar los restos de los alimentos en forma de heces.
El aparato digestivo está formado por dos tipos de órganos: por los que pasa el alimento (la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso) y los órganos que producen sustancias que participan en la digestión, pero por los que no pasa el alimento (el hígado y el páncreas).


LOS ÓRGANOS DEL APARATO DIGESTIVO
Los órganos que intervienen en la digestión de los alimentos son la boca, el esófago, el estómago, el intestino, el hígado y el páncreas.


  • La boca.
    Es la primera parte del aparato digestivo. En su interior se encuentran los dientes y la lengua. Los dientes trocean, desgarran y trituran los alimentos. La lengua es un órgano formado por un músculo que ayuda a mezclar los alimentos con la saliva.
    En el fondo de la boca está la faringe. En ella hay dos orificios: por uno pasa el aire que respiramos; por el otro, los alimentos. Cuando tragas, el orificio del aire se cierra, y el alimento pasa por el otro orificio, hacia el esófago.
  • El esófago.
    Es un tubo largo que atraviesa el tórax y comunica la faringe con el estómago. En sus paredes hay músculos que se contraen y empujan con fuerza el alimento hacia el estómago.
  • El estómago.
    ¿Sabías que el estómago de una persona mayor puede guardar casi un litro y medio de comida? El estómago tiene forma de saco, y puede aumentar y disminuir su tamaño. Pero ¿dónde está el estómago? Está situado en el abdomen, en la parte superior y hacia el lado izquierdo, dentro de una cavidad que se llama cavidad abdominal. Por arriba se conecta con el esófago, y por abajo continúa en el intestino delgado.
    En las paredes del estómago hay una gran cantidad de músculo y muchos pliegues. Su interior está recubierto por una capa que tiene células especiales. Estas producen el jugo gástrico, un líquido que participa en la digestión.
  • El intestino delgado.
    Es un tubo que mide unos siete metros y que está enrollado en el centro de la cavidad abdominal. Se comunica con el estómago y con el intestino grueso. La primera parte del intestino delgado se llama duodeno; la parte central, yeyuno, y la última, íleon.
    El intestino delgado produce jugos intestinales que participan en la digestión. Además, por unos pequeños conductos, recibe unos líquidos, la bilis y el jugo pancreático, que también intervienen en la digestión. La bilis se fabrica en el hígado; el jugo pancreático, en el páncreas.

  • El intestino grueso.
    El intestino grueso mide alrededor de un metro. También está en la cavidad abdominal, y es más corto que el intestino delgado, pero más grande. Tiene forma de C invertida. Está compuesto por el colon y el recto. El colon se divide en el colon ascendente, el colon transverso y el colon descendente. El recto es la parte final del intestino grueso. Es un tubo corto que termina en un orificio, el ano, por donde salen las heces al exterior.
    ¿Has oído hablar de la apendicitis? El apéndice es como un pequeño saquito que está en el colon. La apendicitis es la inflamación del apéndice.

  • El hígado.
    Es el órgano más grande de tu cuerpo. Está en la cavidad abdominal, arriba y a la derecha. Tiene forma triangular y es de color rojo oscuro. El hígado tiene muchas funciones. En la digestión, su labor más importante es la producción de la bilis. Esta se almacena en la vesícula biliar, y desde allí se envía al intestino delgado, donde participa en la digestión de los alimentos.

  • El páncreas.
    Es una glándula que está también en la cavidad abdominal, cerca del intestino delgado. Su forma puede recordar a una hoja. Produce el jugo pancreático, un líquido que participa en la digestión de los alimentos y que llega al intestino delgado por un pequeño conducto.

sábado, 2 de diciembre de 2006



Sistemas y aparatos más importantes del cuerpo humano;


"Mente sana en cuerpo sano"


La poesía alimenta tu espíritu,el ejercicio alimenta tu cuerpo...

Manejo corporal

El cuerpo humano es una maquinaria perfecta capaz de realizar trabajos muy sofisticados en condiciones normales. Sin embargo, si ignoramos sus requerimientos básicos sin proporcionarle el más mínimo cuidado, corremos el riesgo de causarle un deterioro prematuro.¿Te has preguntado alguna vez qué has hecho para mantenerte en forma?Cuando programas la agenda del día pones todo tu empeño en obtener el éxito y alcanzar tus objetivos. ¿Incluyes en ella tu cuerpo? Y si lo incluyes, es sólo para mejorar tu aspecto personal?
Te rodeas de comodidades con el fin de lograr una vida plácida, procuras darle el mejor uso a tus bienes, te esfuerzas por ascender en tu carrera e inviertes parte de la vida en tus pasatiempos favoritos. ¿Dedicas algún minuto del día en prepararte para que el cuerpo responda a tus exigencias?Si decides que es importante suministrarle un buen mantenimiento a tu «maquinaria», si prefieres realizar tus actividades diarias cómodamente, si te interesa que los músculos trabajen bien relajados, y si, finalmente, quieres enfrentar el día sin tensiones innecesarias, aquí encontrarás una guía práctica y sencilla, de la que obtendrás muchos beneficios invirtiendo poco tiempo.

Los sentidos


Los sentidos:


El Gusto


El gusto actúa por contacto de sustancias químicas solubles con la lengua. El ser humano es capaz de percibir un abanico amplio de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos textura, temperatura, olor y gusto.


La superficie de la lengua se halla recubierta por la mucosa lingual, en la que se encuentran pequeñas elevaciones cónicas llamadas papilas. Las principales son las papilas caliciformes y fungiformes, que mediante unos órganos microscópicos denominados botones perciben los sabores; y las papilas filiformes y coroliformes, que son sensibles al tacto y a las temperaturas. Los botones constan de células de sostén y células gustativas, que poseen cilios o pelos comunicados al exterior a través de un poro y conectados con numerosas células nerviosas que transmiten la sensación del gusto al bulbo raquídeo. Considerado de forma aislada, el sentido del gusto sólo percibe cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo; cada uno de ellos es detectado por un tipo especial de papilas gustativas.


Las casi 10.000 papilas gustativas que tiene el ser humano están distribuidas de forma desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases determinadas de compuestos químicos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo general, las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta de la lengua, las sensibles al agrio ocupan los lados y las sensibles al amargo están en la parte posterior.


Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo.
Luego de una exposición prolongada a determinado sabor, las papilas gustativas se saturan, y dejan de mandar información, por lo cual, al cabo de un
tiempo determinado se deja de percibir el sabor.

El Olfato


Con el olfato se perciben las sustancias químicas volátiles transportadas por el aire.
La nariz, equipada con nervios olfativos, es el principal órgano del olfato. Los nervios olfativos son también importantes para diferenciar el gusto de las sustancias que se encuentran dentro de la boca. Es decir, muchas sensaciones que se perciben como sensaciones gustativas, tienen su origen, en realidad, en el sentido del olfato. Por otro lado, la
percepción de olores está muy relacionada con la memoria; determinado aroma es capaz de evocar situaciones de la infancia, lugares visitados o personas queridas.




El Oído


El oído se divide en tres partes;
· Oído externo
Comprende el pabellón auricular o auditivo - la "oreja"- (lóbulo externo del oído) y el conducto auditivo externo, que mide tres centímetros de longitud. El conducto auditivo medio posee pelos y glándulas secretoras de cera.
Su función es canalizar y dirigir las
ondas sonoras hacia el oído medio.
· Oído medio
Es un conducto estrecho, o fisura, que se extiende unos quince milímetros en un recorrido vertical y otros quince en recorrido horizontal
Es hueco, lleno de
aire, limitando de un lado por el tímpano y del otro por la ventana oval y la ventana redonda, que lo comunican con el oído interno. Está en comunicación directa con la nariz y la garganta a través de la trompa de Eustaquio, que permite la entrada y la salida de aire del oído medio para equilibrar las diferencias de presión entre éste y el exterior.
Hay una cadena formada por cuatro
huesos pequeños y móviles (huesecillos) que atraviesa el oído medio. Estos cuatro huesos reciben los nombres de martillo, yunque, lenticular y estribo. Los cuatro conectan acústicamente el tímpano con el oído interno, transmitiendo las vibraciones del tímpano amplificadas a la fenestra ovalis.
· Oído interno
El oído interno o laberinto se encuentra en el interior del hueso temporal que contiene los órganos auditivos y del
equilibrio, que están inervados por los filamentos del nervio auditivo. Está lleno de líquido y tiene tres cavidades: el vestíbulo, dividido en dos partes, utrículo y sáculo; los tres canales semicirculares, órgano del sentido del equilibrio, (están llenos de endolinfa); y el caracol o cóclea, largo tubo arrollado en espiral donde se encuentran las células receptoras de los sonidos, provistas de cilios, cada una de las cuales está adaptada para la recepción de sonidos de un tono determinado. Las fibras nerviosas que salen del caracol y de los canales semicirculares se reúnen para formar el nervio acústico, que sale del sáculo por un tubo que atraviesa el hueso temporal hasta la cavidad craneana.


Cómo se oye


Las ondas sonoras, en realidad cambios en la presión del aire, son transmitidas a través del canal auditivo externo hacia el tímpano, en el cual se produce una vibración. Estas vibraciones se comunican al oído medio mediante la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo) y, a través de la ventana oval, hasta el líquido del oído interno. El movimiento de la endolinfa que se produce al vibrar la cóclea, estimula el movimiento de un grupo de proyecciones finas, similares a cabellos, denominadas células pilosas. El conjunto de células pilosas constituye el órgano de Corti. Las células pilosas transmiten señales directamente al nervio auditivo, el cual lleva la información al cerebro. El patrón de respuesta de las células pilosas a las vibraciones de la cóclea codifica la información sobre el sonido para que pueda ser interpretada por los centros auditivos del cerebro.
El rango de audición, igual que el de visión, varía de unas personas a otras. El rango máximo de audición en
el hombre incluye frecuencias de sonido desde 16 hasta 28.000 ciclos por segundo. El menor cambio de tono que puede ser captado por el oído varía en función del tono y del volumen. Los oídos humanos más sensibles son capaces de detectar cambios en la frecuencia de vibración (tono) que correspondan al 0,03% de la frecuencia original, en el rango comprendido entre 500 y 8.000 vibraciones por segundo. El oído es menos sensible a los cambios de frecuencia si se trata de sonidos de frecuencia o de intensidad bajas.
La sensibilidad del oído a la intensidad del
sonido (volumen) también varía con la frecuencia. La sensibilidad a los cambios de volumen es mayor entre los 1.000 y los 3.000 ciclos, de manera que se pueden detectar cambios de un decibelio. Esta sensibilidad es menor cuando se reducen los niveles de intensidad de sonido.
Las diferencias en la sensibilidad del oído a los sonidos fuertes causan varios fenómenos importantes. Los tonos muy altos producen tonos diferentes en el oído, que no están presentes en el tono original. Es probable que estos tonos subjetivos estén producidos por imperfecciones en la función natural del oído medio. Las discordancias de la tonalidad que producen los incrementos grandes de la intensidad de
sonido, es consecuencia de los tonos subjetivos que se producen en el oído. Esto ocurre, por ejemplo, cuando el control del volumen de un aparato de radio está ajustado. La intensidad de un tono puro también afecta a su entonación. Los tonos altos pueden incrementar hasta una nota de la escala musical; los tonos bajos tienden a hacerse cada vez más bajos a medida que aumenta la intensidad del sonido. Este efecto sólo se percibe en tonos puros. Puesto que la mayoría de los tonos musicales son complejos, por lo general, la audición no se ve afectada por este fenómeno de un modo apreciable. Cuando se enmascaran sonidos, la producción de armonías de tonos más bajos en el oído puede amortiguar la percepción de los tonos más altos. El enmascaramiento es lo que hace necesario elevar la propia voz para poder ser oído en lugares ruidosos.


Equilibrio
Los canales semicirculares y el vestíbulo están relacionados con el sentido del
equilibrio. En estos canales hay pelos similares a los del órgano de Corti, y detectan los cambios de posición de la cabeza. Los tres canales semicirculares se extienden desde el vestíbulo formando ángulos más o menos rectos entre sí, lo cual permite que los órganos sensoriales registren los movimientos que la cabeza realiza en cada uno de los tres planos del espacio: arriba y abajo, hacia adelante y hacia atrás, y hacia la izquierda o hacia la derecha. Sobre las células pilosas del vestíbulo se encuentran unos cristales de carbonato de calcio, conocidos en lenguaje técnico como otolitos y en lenguaje coloquial como arenilla del oído. Cuando la cabeza está inclinada, los otolitos cambian de posición y los pelos que se encuentran debajo responden al cambio de presión. Los ojos y ciertas células sensoriales de la piel y de tejidos internos, también ayudan a mantener el equilibrio; pero cuando el laberinto del oído está dañado, o destruido, se producen problemas de equilibrio. Es posible que quien padezca una enfermedad o un problema en el oído interno no pueda mantenerse de pie con los ojos cerrados sin tambalearse o sin caerse.


El Tacto




El tacto, en realidad, puede recibir dos tipos de datos; temperatura y presión, porque tiene termorreceptores y mecanorreceptores.
A través del tacto, el cuerpo percibe el contacto con las distintas sustancias, objetos, etcétera. Los receptores se estimulan ante una deformación
mecánica de la piel y transportan las sensaciones hacia el cerebro a través de fibras nerviosas. Los receptores se encuentran en la epidermis, que es la capa más externa de la piel, y están distribuidos por todo el cuerpo de forma variable, por lo que aparecen zonas con distintos grados de sensibilidad táctil en función de los números de receptores que contengan.



La vista


El ojo es el órgano de la visión en los seres humanos y en los
animales. Los ojos de las diferentes especies varían desde las estructuras más simples, capaces de diferenciar sólo entre la luz y la oscuridad, hasta los órganos complejos que presentan los seres humanos y otros mamíferos, que pueden distinguir variaciones muy pequeñas de forma, color, luminosidad y distancia. En realidad, el órgano que efectúa el proceso de la visión es el cerebro; la función del ojo es traducir las vibraciones electromagnéticas de la luz en un determinado tipo de impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro.


El ojo humano

El ojo en su conjunto, llamado globo ocular, es una estructura esférica de aproximadamente 2,5 cm de diámetro con un marcado abombamiento sobre su superficie delantera. La parte exterior, o la cubierta, se compone de tres capas de tejido: la capa más externa o esclerótica tiene una función protectora y se prolonga en la parte anterior con la córnea transparente; la capa media o úvea tiene a su vez tres partes diferenciadas: la coroides - muy vascularizada - continúa con el cuerpo ciliar, formado por los procesos ciliares, y a continuación el iris, que se extiende por la parte frontal del ojo. La capa más interna es la retina, sensible a la luz.
La córnea es una membrana resistente, compuesta por cinco capas, a través de la cual la
luz penetra en el interior del ojo. Por detrás, hay una cámara llena de un fluido claro y húmedo (el humor acuoso) que separa la córnea de la lente del cristalino. En sí misma, la lente es una esfera aplanada constituida por un gran número de fibras transparentes dispuestas en capas. Está conectada con el músculo ciliar, que tiene forma de anillo y la rodea mediante unos ligamentos. El músculo ciliar y los tejidos circundantes forman el cuerpo ciliar y esta estructura aplana o redondea la lente, cambiando su longitud focal.
El iris es una
estructura pigmentada suspendida entre la córnea y el cristalino y tiene una abertura circular en el centro, la pupila. El tamaño de la pupila depende de un músculo que rodea sus bordes, aumentando o disminuyendo cuando se contrae o se relaja, controlando la cantidad de luz que entra en el ojo.


Por detrás de la lente, el cuerpo principal del ojo está lleno de una sustancia transparente y gelatinosa (el humor vítreo) encerrado en un saco delgado que recibe el nombre de membrana hialoidea. La presión del humor vítreo mantiene distendido el globo ocular.
La retina es una capa compleja compuesta sobre todo por células nerviosas. Las células receptoras sensibles a la luz se encuentran en su superficie exterior detrás de una capa de tejido pigmentado. Estas células tienen la forma de conos y bastones y están ordenadas como los fósforos de una caja. Situada detrás de la pupila, la retina tiene una pequeña mancha de
color amarillo, llamada mácula lútea; en su centro se encuentra la fóvea central, la zona del ojo con mayor agudeza visual. La capa sensorial de la fóvea se compone sólo de células con forma de conos, mientras que en torno a ella también se encuentran células con forma de bastones. Según nos alejamos del área sensible, las células con forma de cono se vuelven más escasas y en los bordes exteriores de la retina sólo existen las células con forma de bastones.
El nervio óptico entra en el globo ocular por debajo y algo inclinado hacia el lado interno de la fóvea central, originando en la retina una pequeña mancha redondeada llamada disco óptico. Esta
estructura forma el punto ciego del ojo, ya que carece de células sensibles a la luz.
Nadie es consciente de las diferentes zonas en las que se divide su campo visual. Esto es debido a que los ojos están en constante
movimiento y la retina se excita en una u otra parte, según la atención se desvía de un objeto a otro. Los movimientos del globo ocular hacia la derecha, izquierda, arriba, abajo y a los lados se llevan a cabo por los seis músculos oculares y son muy precisos. Se ha estimado que los ojos pueden moverse para enfocar en, al menos, cien mil puntos distintos del campo visual. Los músculos de los dos ojos funcionan de forma simultánea, por lo que también desempeñan la importante función de converger su enfoque en un punto para que las imágenes de ambos coincidan; cuando esta convergencia no existe o es defectuosa se produce la doble visión. El movimiento ocular y la fusión de las imágenes también contribuyen en la estimación visual del tamaño y la distancia.

El esqueleto




El esqueleto esta constituido por un conjunto de piezas duras de forma variada, llamadas huesos los huesos del cuerpo humano son 207. Este numero puede variar. Todos los huesos están compuestos por tejido óseo, el tejido óseo puede ser compacto y esponjoso, el tejido compacto es macizo y muy duro, el tejido esponjoso es blando y frágil.






Nuestro cuerpo


Nuestro cuerpo tiene partes externas (están por fuera y las podemos ver todo el tiempo) y partes internas (es decir que están por dentro y no las vemos, a menos que se utilicen aparatos médicos especiales para ello).

Los brazos, manos y piernas, están formados por músculos que permiten su movimiento y además están sostenidos por huesos. La piel los recubre para protegerlos.

La cabeza esta unida al tronco por medio del cuello. Llamamos tronco (como el de los árboles) a la parte del cuerpo de mayor tamaño. Es como una gran caja formada por huesos que protegen a los distintos órganos: el corazón, los pulmones, el estómago, el hígado, el intestino.Al estómago entran los alimentos, y allí son deshechos por jugos que envía el hígado; en el intestino el cuerpo toma lo que necesita y desecha lo que no le sirve.
La sangre se nutre de los alimentos seleccionados y es purificada por el aire que entra en los pulmones. Luego es bombeada por el corazón hacia los demás órganos y miembros. La sangre alimenta, limpia y protege el cuerpo.
¡Qué gran maquinaria! Nuestros órganos son un gran equipo que trabaja al mismo tiempo y sin parar. Este equipo recibe el nombre de organismo.